Porque casi no tenemos agua en donde vivimos. Dependemos de un sistema artificial que nos provee agua desde muchos kilómetros. Esto genera un esfuerzo energético enorme y afecta a la cuenca natural por el aumento del consumo, ya que generamos cada vez más demanda conforme avanza el aumento de la población.
Cuanta más agua usamos, más afectamos la cuenca natural y mayor stress ambiental producimos.
Cuanta más agua malgastamos, mayor impacto sufre nuestra planta de tratamiento de efluentes y más inversiones se necesitan.