Desde la incorporación de un dron para la observación de las especies que se acercan al Área Natural Protegida (ANP) Punta Marqués, los investigadores que trabajan en el lugar registraron diferentes comportamientos, algunos de ellos muy novedosos, dieron lugar incluso a artículos científicos.
El sol del mediodía calienta el aire todavía frío de la primavera. La mínima brisa de mar permite que el dron, operado por personal del área protegida, despegue sin inconvenientes y avance velozmente sobre el acantilado de 160 metros de alto. Abajo se encuentran las plataformas donde descansan los lobos marinos de un pelo, protegerlos fue el objetivo que impulsó la creación del área y desde entonces, su población no para de crecer.
La pantalla del control del dron permite ver algunos lobos descansando y otros nadando en cercanías. Desde su incorporación en 2018, el dron se transformó en una herramienta estratégica porque permite capturar escenas desde el aire que de otra manera serían imposibles de lograr. Esta tecnología permite tener una visión hacia todos los ángulos sin intervenir en su comportamiento natural ya que no notan su presencia. Gracias a su utilización se han podido avistar desde el aire y reconocer ballenas Sei, ballenas francas, ballenas jorobadas, delfines de risso, oscuros y toninas overas, entre otros mamíferos marinos.
Durante marzo y abril, un grupo de ballenas Sei fue registrado cooperando para alimentarse de un cardumen bogavante. Este comportamiento no había sido registrado para ballenas Sei con anterioridad. En estos registros se observa al grupo nadar formando un círculo con individuos intercalados (formación echelon), todos en la misma dirección rodeando a los pequeños crustáceos. Las novedosas imágenes dieron lugar a un trabajo de investigación, actualmente en desarrollo. La ballena Sei está catalogada como “en peligro” según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). En Punta Marqués se observa entre octubre y julio con máximo entre abril y mayo.
En 2022 los registros del dron también habían dado lugar a un artículo científico sobre una técnica de alimentación de ballenas jorobadas que no había sido descrita. La ballena aprovechó la barrera natural que para el cardumen representa la restinga, para acorralarlo y alimentarse. El artículo fue publicado por Marina Riera, una de las biólogas que integra el equipo de investigación de cetáceos de Punta Marqués, junto con Mariano Coscarella , ambos profesores e investigadores de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB) y Daniel Lucchetti, agente de conservación de Punta Marqués y piloto de dron.
Durante el otoño y el invierno se registraron ballenas francas en su viaje migratorio hacia las más cálidas aguas del norte patagónico, madres con crías, individuos desplazándose y también grupos de cópula. A todas las especies de ballenas se las registró socializando con lobos marinos y delfines.
A partir vuelos aéreos y un programa informático específico, se estiman que utilizan la zona central del golfo San Jorge, desde el norte de Comodoro Rivadavia hasta el sur de Caleta Olivia, alrededor de 2700 individuos de ballenas seis en temporada alta, de marzo a junio, y 400 en temporada baja, durante la primavera. En cuanto a las ballenas francas, no se realizó aún una estimación de abundancia, pero durante el último vuelo realizado en julio se contaron 40 ejemplares.
El Área Natural Protegida Punta Marqués se conformó en 1984 a partir de una ordenanza municipal. Desde su creación es gestionada por el Municipio de Rada Tilly con fondos propios. Un año después, por ley provincial, fue denominada Reserva Natural Turística Punta Marqués y, en el año 2000, se incorporó al Sistema Provincial de Áreas Protegidas de la provincia.
El año pasado una ley provincial amplió a 1200 hectáreas la superficie de Punta Marqués incluyendo un área marina de vital importancia para la protección de la fauna y para la proyección de actividades turísticas. El Área Protegida Punta Marqués está abierta al público todos los días de 12 a 17:30 horas.